¡Anúnciese aquí!

10feb
2011
Uno de los grandes problemas que tienen los pilotos españoles a la hora de poder sentarse a los mandos de un Fórmula X (y a partir de ahora denominaremos como X a todas las categorías de competición del mundo del motor) es el poder de financiación que aporte al equipo en el que corre, es decir, los euros o dólares que aporten los patrocinadores que arrastre con él.

Sólo grandes marcas como Honda pueden permitirse el lujo de correr en la categoría reina sin ningún tipo de apoyo publicitario, como hizo en 2007 abanderando la conservación del planeta y decorando su coche con motivos medioambientales, o grandes genios como Ross Brawn pueden presentar un coche inmaculadamente blanco, sin publicidad alguna, y ganar el campeonato debutando con su propio equipo que había adquirido por una mísera libra. El caso de Brawn GP es digno de elogio y se superó a si mismo cuando dio otra lección maestra al apostar por la publicidad local y alejarse de los grandes acuerdos anuales con las marcas (si quieres leer más sobre este tema te recomiendo el libro Lecciones de Brawn GP, de la editorial Alienta, escrito por Antoni Gutiérrz-Rubí).

A la hora de que una empresa se decida apostar por un valor en alza, dícese pilotos jóvenes, o por una marca consolidada, grandes equipos de la F1, lo primero que piensan es en el retorno de la inversión que ponen en marcha. Para hacernos una idea: Bill Gates quiso patrocinar al equipo Toyota con cuarenta millones de dolares, un 10% del presupuesto total del equipo. Sir Richard Branson pagaba a Branw GP dos cientos mil euros por cada carrera en la que los coches anunciaban a alguna de las empresas del grupo Virgin, la inversión fue tan rentable que al año siguiente Branson puso en la pista su propio equipo de Fórmula 1. Y para acercar más el tema al suelo patrio, Emilio Botín, presidente del Banco Santander, aportó en 2009 veinte millones de euros al equipo McLaren para apoyar a su filial británica en las islas, ese año recogió ochenta millones de beneficios por lo que al año siguiente hizo un gran contrato de cuarenta millones de euros con la escudería de il cavalino rampante y con el piloto español Fernando Alonso, además de patrocinar varios grandes premios, que ya en la primera carrera del año en el circuito de Bahrein le supuso una ganancia de veinticinco millones de euros (la inversión para este año del grupo Santander en la F1 será de cincuenta millones). Sin embargo Mutua Madrileña dejó de apoyar al equipo Renault y Fernando Alonso tras el escándalo del Gran Premio de Singapur cuando la había convertido en la única marca aseguradora presente en la F1 y una de las 100 marcas más recordadas a nivel mundial a nivel publicitario.

Si la semana pasada hablábamos de las penurias de Hispania Racing para conseguir patrocinadores nacionales ésta nos hemos encontrado con la presentación oficial del R111 dónde se puede ver claramente los vacíos publicitarios que aún han de rellenar. A falta de pocas semanas para el comienzo de las hostilidades aún no se sabe cual será el patrocinador oficial de la escudería y optan por recomendar dónde será bien visible tu marca en el bólido. Si como hemos visto la rentabilidad existe ¿por qué nadie apuesta por ellos? Millones de espectadores podrán ver tu marca durante horas y tendrá una repercusión mundial, un reconocimiento que pocas empresas pueden soñar, que hará que allí donde vayas te asocien con un deporte y un estilo de vida a la vanguardia de todo. 


Pero bajemos de categoría, vayámonos a niveles más mundanos. Ahí podemos encontrar casos de pilotos y de equipos de la GP2 y de la F3 que se anuncian en páginas web como tupatrocinio.com dónde buscan desesperadamente anunciantes o mecenas que les ayuden en su carrera deportiva. Las marcas y la empresas anunciantes no se mueven ya por motivos económicos sino más bien tratando de posicionar su marca, como es el caso de Red Bull apostando por lo jóvenes valores o de Pepe Jeans con Carmen Jordá buscando el mercado femenino, y de conseguir acertar a la hora de ganar el premio gordo de la lotería y haber fichado desde sus inicios al futuro nuevo campeón del mundo.

En la página personal de Pedro Quesada podemos ver las distintas opciones que hay para patrocinar la carrera de este joven piloto cordobés. Teniendo en cuenta la categoría en la que corre, la F3 European Open, podemos medir el impacto y el coste que tendrá el anunciarnos en el monoplaza pero... ¿cuál es la opción más viable? ¿Pequeños patrocinadores aprovechando los localismos o grandes empresas que quieran diversificar su plan de medios? Tanto una como otra opción lo que es seguro es que nadie puede asegurarnos la rentabilidad de esta acción ya que la cobertura gráfica e informativa de estas categorías es irrisoria en España pero quizás por poco dinero estamos consiguiendo un hueco publicitario en un fórmula 1. Lo que si está claro es que de una u otra forma estar presente en el deporte del motor acarrea beneficios si se sabe apostar bien y sobre todo no se pierde la cabeza a la hora saber cuánto invertir en estos menesteres.


PS: Desde aquí todo nuestro ánimo a Robert Kubica tras el fatal accidente que ha sufrido esta semana y que seguramente le mantendrá alejado de las pistas toda la temporada.

0 comentarios:

Publicar un comentario